Técnica del conteo
La técnica del conteo es una técnica de concentración sencilla y desafiante de lograr. Puede llevar unos minutos, días o incluso años.
Consiste en realizar diez respiraciones, pero con la complejidad de que mientras realizas y cuentas esas diez respiraciones no puedes tener un sólo pensamiento ni imagen que disperse tu mente. En el momento que te pierdes, aparecen pensamientos disuasorios o tu mente se dispersa, uno comienza desde el uno.
La claridad mental que debes tener es tal, que cada respiración debes de ser completamente consciente de todo cuanto ocurre en tu mente.
Algunas personas tienen un gran nivel de concentración y logran este ejercicio a la primera, pero la mayoría tienden a dispersarse, cuentan adormiladas, pasando por los números como quien camina por la calle, o tienden a perderse en los primeros números, generando un montón de pensamientos e ideas que nada tienen que ver con lo que intentan pensar.
Cuatro – cuatro – cuatro – cuatro
Las técnicas de conteo en la respiración obligan a la mente a enfocarse, y cuando estas respiraciones son un esquema determinado, disiparán toda la carga emocional y permitirán que estés en ti, consciente de ti.
La carga emocional hace que la vida sea intensa, colorida, pero también, la carga emocional nos sobrepasa y deja un poso en nosotros difícil de quitar.
La técnica cuatro – cuatro – cuatro – cuatro consiste en inhalar contando hasta cuatro, retener en cuatro y exhalar en cuatro y retener otros cuatro.
Al realizar estas respiraciones no necesitas forzar la respiraciones ni ir a un ritmo en el que te fuerces mucho, sino centrarte en mantener tu propio ritmo.
La respiración ha de ser abdominal y podemos realizar este ejercicio a nuestro ritmo.
En pocas respiraciones estaremos en un nivel alpha y podremos sentir como se disipa toda la carga emocional sin esfuerzo.
Emoción – pensamiento – conducta
Cuando queremos cambiar nuestras emociones tenemos que comprender que todas las emociones están asociadas a pensamientos y estos pensamientos generan conductas determinadas.
Cambiar las emociones no es posible, pero sí es posible cambiar los pensamientos que generan dichas emociones. Transformar la mente cada día para que genere las emociones que queremos lograr.
Estas técnicas consisten en, una vez determinada la emoción de dolor que queremos transformar, comprender a qué pensamientos y conductas está asociado, y transformar los juicios que generan dichas emociones. A veces debemos transformar nuestra “historia” o nuestros recuerdos, no la historia que hemos vivido, sino la que estamos recreando y recordando, cambiar el punto de vista de dicha historia y aprender a transformar nuestro apego a las imágenes mentales que una vez tanto dolor nos generaron.
Salir del egocentrismo – el punto de vista
Nuestros recuerdos, emociones, pensamientos, en casi todos los casos, se centran en nuestro egocentrismo. Lo que sientes y piensas, lo que te ocurrió. En esas historias tú eres la víctima, o se resalta el dolor que has vivido.
En las ilusiones e imaginación, muchas personas se imaginan su futuro centradas en lo que quieren conseguir ellas, lo que les gustaría tener, lo que añoran, olvidando su entorno.
La emoción se utiliza como medio conductor para lograr lo que queremos, en vez de la inteligencia. La persona “quiere eso”, lo quiere, lo necesita, lo necesita para sentirse bien, no es objetiva y lo único que busca es sentirse bien.
Las personas perseverantes y enfocadas, que logran transformar su imagen mental en una manifestación real, suelen ser capaces de observar la situación desde muchos puntos de vista, y salen de su egocentrismo con facilidad. En el control mental, la persona que quiere algo, sabe porqué lo quiere, sabe concretar, y entre lo que define sus objetivos personales, no está el capricho emocional, sino un razonamiento claro y sencillo.
Observar la vida sin ser el centro de atención nos ayudará a cambiar de perspectiva y tener un enfoque claro de nuestros objetivos y de nuestras intenciones.
Así aprenderemos a dirigimos a nuestros objetivos, pero también a dejar de anhelar aquello que realmente no nos ayudará en nada, incluso nos generaría dolor, pero lo utilizamos como un medio para sentir emociones a las que nos hemos vuelto adictos.
Afirmaciones positivas
Es posible que las afirmaciones sean la técnica más conocida de control mental, aun así, para utilizarla debemos comprender que una afirmación que no está asociada a una emoción, no generará absolutamente nada.
Las afirmaciones deben de ser positivas y claras, pues nuestro cerebro, el subconsciente e inconsciente, no conoce la negación, no comprende el pasado y el futuro, y no diferencia entre la imaginación y la realidad. Cuando más clara y presente sea la afirmación mejor.
Imagina que deseas crear un pensamiento de salud en tu mente; Que quieres utilizar el control mental para superar una enfermedad, entonces dirías:
Yo soy salud; yo soy vitalidad; mis células se regeneran continuamente; mi cuerpo cada día está más sano; mi cuerpo está fuerte y sano…
Estás afirmaciones y cualquier que se ocurra debe estar en presente y ser positiva, constructiva, clara. Debe generar una emoción positiva, exitosa en ti. Cuando la digas, debes sentir que es así, que no hay duda de que es así, debes sentir que eso ya se está manifestando en tu vida. Entonces la visualización, la afirmación, se manifiesta con más fuerza y la transformación de la mente es automática.
Detener el pensamiento, dirigir el pensamiento
En el control mental, tu mente es tuya, debes comprender que es tu herramienta y debes aprender a utilizarla, guiarla, e incluso detenerla. Para ello hay que aprender a parar los pensamientos de dolor de dos formas:
Deteniéndolos con una dirección clara y directa hacia la mente: ¡Para ya! ¡Deténte! ¡Stop!; Algunas técnicas buscan imaginar como ese pensamiento se rompen, como un cristal en mil pedazos.
Transformando esos pensamientos en sus opuestos. En el momento que observes esos pensamientos que deseas detener, transformarlos inmediatamente en pensamientos positivos. Se puede utilizar una pulsera o un objeto que te ayude a recordar que tu intención es salir de los juicios y los pensamientos de conflicto, de tal forma que en el momento que veas ese pensamiento, coloques la pulsera en una mano y no la cambies de mano hasta haber cambiado dicho pensamiento en positivo.
Ensayo mental
Una interesante técnica es ensayar mentalmente algo que vas a realizar que te asusta y temes perder el control. Como hablar en público, una discusión o algo que necesitas contar a alguien. El ensayo mental se realiza visualizando que en el momento estás relajado, sin recrearte en el temor ni la angustia, sin imaginar lo que pasará de forma catastrófica.
Tu imagen mental de lo que ocurrirá tiene que ser objetiva, clara, con muchos detalles. Debes sentirte en ese momento, haciendo lo que tienes que hacer.
Esta técnica es especialmente útil en puestas en escena, en miedos escénicos.
Diferenciar el estado mental
La técnica consiste en observar nuestra mente, observar nuestras conductas. Para desarrollar el control mental debemos aprender a diferenciar, por un lado, si la mente está muy activa o muy pasiva.
De forma natural, la mente tendrá momentos en que esté muy activa y otras en que esté muy pasiva. No son etapas grandes de vida, sino a lo largo del día. La persona que tiene desarrollada la mente sabe diferenciar los momentos de su día en que está su mente más activa y enfocada, que puede lograr mayor concentración y pensar con más agilidad, y los momentos en que la mente está más relajada, pasiva, observadora.
También debe aprender a diferenciar si la mente está recreando un patrón mental, ya sea una secuencia de pensamientos, o simplemente un hábito que realizamos sin pensar, o si está elaborando un pensamiento nuevo, creando, hilando, reflexionando y, en resumen, lo que se dice pensar.
A lo largo del día, cada vez que uno lo recuerda, hasta que sea de forma natural, quien practica el control mental observa su mente y analiza el estado mental. Observa qué tipo de pensamientos tiene, si ya los tubo en el pasado, si son positivos o negativos, si son constructivos, si se basan en el pasado, en el futuro… No piensas nada, sólo observas.
Poco a poco el hábito se hace natural, los pensamientos son más limpios y ordenados, tienen más sentido, y la persona logra mayor inteligencia y sobre todo: coherencia.