El control mental surge en la conciencia y control de la mente. Muchas veces cuando nos relajamos, cuando dormimos, cuando meditamos, intentamos “huir” de nuestra mente, queremos apartar los pensamientos, apartar todas las divagaciones y dejar de pensar.

Nuestro mundo está rodeado de cosas que nos llevan a no pensar, que permiten una vida más mecánica. Desde el GPS del coche hasta los móviles, permiten que conectemos el “piloto automático” y no pensemos, sólo sigamos las indicaciones que alguna máquina o que nuestro entorno nos propone sin ni si quiera dudarlo.

Con la mente ocurre que, con el tiempo, uno se acostumbra a seguir sus pensamientos sin dudarlos, sin transformarlos. Y cuando la persona se cansa de ellos, quiere apartarlos a través de la meditación.

En el control mental la meditación es activa, consciente, significa que no huyes de tus pensamientos, ni tratas de dejar la mente en blanco, sino que aprendes a enfocar tu mente, a escuchar y transformar lo que piensas.