La memoria son tres fases complejas:
- Por un lado la asimilación de información, que depende de nuestra observación y percepción, y es probable que juicios o distorsiones transformen esa información asimilada.
- Por otro lado el mantenimiento de los datos, lo cuál se consolida con repeticiones, regresando a la información asimilada.
- Por último el acceso a lo que hemos memorizado.
En la primera fase, las personas con gran cantidad de memoria, nada más captar la información la asocian con otras ideas, la organizan o utilizan reglas mnemotécnicas. En el desarrollo de la memoria debemos comprender que la persona que generalmente recordará con gran detalle cada una de las cosas que percibe, ya establece una relación simbólica con toda la información nueva e información que ya asimiló, provocando que las nuevas experiencias y percepciones se organicen adecuadamente. Dicho de otra forma, la persona con mucha memoria, ya observa su entorno con alguna intención, consciente o inconsciente, de memorizarlo.
Asociación
La asociación es la técnica esencial para desarrollar la memoria. Consiste en asociar cada concepto que se intenta integrar, con un dato anterior. Por ejemplo los nombres asociarlos con nombres que ya conoces. Cuanto más emocional y personal sea aquello con lo que asocias la información, más fácilmente se quedará grabada y podrás acceder al recuerdo nuevo.
Narración de historias
Las asociaciones simbólicas muchas veces se basan en “historias”; Esto es debido a que el cerebro guarda mejor la información de forma emocional.
La técnica consiste en que ante grupos de palabras aislados, la persona establece una historia entre ellas, situándolas en orden y contexto que ayuda a entender lo que ocurre. Muchas veces la imagen simbólica no tiene nada que ver con lo que se está intentando memorizar, sin embargo el resultado a la larga es el mismo.
Para desarrollar esta técnica se usan grupos de 10 palabras, generando una historia corta, que según avanza utiliza todas las palabras. El recuerdo de estos datos, la recuperación, es mucho más sencilla que cualquier otra técnica.
Según se desarrolla este método, la persona va descubriendo que el contexto y la información hilada, con sentido argumentativo, permite que ciertos conceptos aislados sean retenidos con mayor facilidad.
Al introducir la información y los datos dentro de una pequeña argumentación, vamos aprendiendo a enlazar los conceptos con emociones, colores, imágenes…
Dirección y ritmo
Para algunas personas, los datos y la información pueden establecerse en “lugares” mentalmente. Utilizan entonces el ritmo y las direcciones para organizar los datos de una forma estructurada.
Por ejemplo dividen mentalmente el espacio en cinco partes: centro, arriba, abajo, derecha e izquierda. Después, de una forma rítmica, van integrando la información en las parcelas que han creado mentalmente.
El ritmo también es clave cuando se usa el método de repetición. Las personas que memorizan repitiendo, ya sea escribiendo algo varias veces o repitiéndolo mentalmente, utilizan un “ritmo” determinado en esa repetición.
Fragmentación de información
La fragmentación de información trata de dividir información en partes más pequeñas para acceder a ellas. La fragmentación de la información se utiliza en la memorización de números, palabras e cualquier cosa.
Memoria auditiva
La memoria sensitiva son todos aquellos datos o información que grabamos a través de los sentidos, donde la información continúa teniendo relación con la percepción, y no con el análisis e interpretación de esa información.
La memoria sensitiva, y más profundamente la auditiva, nos ayudará a grabar información completa y aparentemente sin sentido durante años, y tal vez toda la vida. Consiste en cantar, utilizar canciones o rimas. La persona “abandona” el apego por memorizar el dato, y se aferra a la idea de grabar la canción en su mente. Con el tiempo, el dato surge fácil, como una melodía, enlazado a la rima. Cuando se intenta acceder a la información memorizada, esta se escucha con facilidad dentro de la cabeza.
Memoria sinestésica
La sinestesia consiste en asociar conceptos o palabras con sensaciones.
Las personas sinestésicas enlazan los números con colores o con formas geométricas. O enlazan los sonidos con texturas, o los olores con sabores. Los mente recrea sin esfuerzo una sensación con cada concepto abstracto percibido.
Pero al desarrollarlo como técnica memorística, y sin intentar entrar en la capacidad sinestesica de cada persona, vamos a utilizar esta cualidad del revés, asociando las sensaciones con conceptos, y los conceptos con sensaciones.
Para desarrollar esta técnica, cogemos varias palabras que queramos memorizar y las enlazamos con un olor, un sabor o un color diferente. Pero si decidimos utilizar el olfato, usamos esta asociación de olores distintos con todas las palabras que queramos analizar. Si decidimos utilizar sabores, enlazaremos todas las palabras con sabores diferentes.
Con el tiempo, de manera natural asociaremos las cosas con sensaciones que nos ayudarán a acceder a la información memorizada por haber “integrado” esa información de una forma tan sensitiva.
Mapas mentales
Los mapas mentales son esquemas simples que permiten asociar los conceptos y palabras que queremos memorizar entre ellos.
La facilidad para realizar mapas mentales y que estos sean efectivos, conlleva tiempo y romper con la linealidad.
Debemos pensar que con este sistema, la persona no intenta memorizar la información al completo, sino las palabras clave que representan cada concepto nuevo, las cuales funcionarán como llave para acceder a esa información, y la relación de dichas palabras clave con otras palabras clave que representan otros aspectos de la información que estemos tratando de memorizar.
Se utiliza para unidades enteras, información más larga y compleja.
En el mapa mental la persona debe aprender a sintetizar y enlazar todos los conceptos aprendidos, estableciendo un orden mental, situando cada concepto en relación con los demás.
Este sistema de memoria es clave en toda persona que tiene gran memoria, y suelen utilizarla sin esfuerzo. Situaciones, historias y libros enteros se memorizan rápidamente así, estableciendo unos pocos conceptos claves que sinteticen la información, generando una palabra que defina el concepto más amplio y relacionando las palabras y conceptos entre ellos.